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sábado, 6 de diciembre de 2008

El olvido nietzscheano en el Crimen aristotélico de Cerati

Ahora que te tengo en frente, no puedo concentrarme para escribir. Tengo en la cabeza solo en remordimiento que me palpita calcinante como una herida al sol. El precio del crimen fue alto.
¿Qué debo hacer para sacarme los recuerdos, el arrepentimiento que me generan? Solo el olvido. Y en un lento me degrado. Si tan sólo tuviera un piano, lento y en Mi, trágico y en negras notas melancólicas.
Sólo balbuceos sin sentidos, ¡necesito algo mas que esto!
¿Y cómo lo hago para referirme a la canción y a lo que siento sin decirlo? Algo hay en ella que me agrada, pero que no puedo describir. ¡Simplemente me gusta! Es un tajante y abrumador juicio de gusto: tota la obra llega a una totalidad, a dos polos de una misma unidad: me gusta o no me gusta. Si trato de explicar la belleza seria forzoso según este sistema responder con que me gusta porque: la melodía es pegajosa, porque el piano melancólico, el cantante afinado o el bajo simple, porque le gusta a mi polola o me recuerda a alguien. Las explicaciones son redundantes, pero todo se reduce a: ME GUSTA O NO desinteresadamente de lo que los demás piensen de la obra.
Podrían explicarme que se la escribió a alguien en especial, tal cómo Álvaro Henríquez escribió la canción Amada para su hija Olivia Henríquez Loyola, pero eso no tiene mayor importancia, tanto como si me explicaran el método que utiliza Joan Miró (que seguramente no me gustan porque no las entiendo). Pero hay algo que me gusta… tal vez es el genio maligno de Descartes.
Tendríamos que remitirnos a otra forma de encontrar la belleza en la canción.
¿Y dónde podría apreciar belleza en la canción?
Si Platón escuchara la canción, seguramente no le gustaría, diría que expulsaran al cantante de su Republica por andar perturbando a los jóvenes (y en el caso de Ceratti: a las mujeres), que la obra es una simple imitación de otra imitación. Pero nada más seguramente.
En cambio Aristóteles trataría la obra con su Poética, y diría que la acción del hablante lírico es una imitación de la realidad y en tanto de las acciones de los hombres. Significa que en algún lugar de este mundo el artista observó el dolor de alguien y lo plasmó en su obra. Y cómo no, si el Filósofo dice que los objetos de imitación son las acciones humanas, sean en un grado mayor, menor o igual. En este caso, el autor procuró la imitación en un grado igual que la realidad: no un sentimiento obsesivo-compulsivo (como lo hacen Los Tres, por ejemplo en la canción Un amor Violento, donde prácticamente el hablante lírico se nos desgarra y desangra de amor y palabras cursis), ni tampoco uno inferior y burdo (tal como en la canción El Kioskito, de Laureano y los Krayones). En Crimen encontramos la justa medida en que se expresan las personas y el carácter moral de los hombres se ve reflejado sin excesos en la canción: la inútil espera, la ira de perder a alguien, la duda desesperante de no saber qué hacer, en fin: el dolor que siente el hablante lírico de haber culpado a su amada de engañarlo.
¡Qué estupidez!, pero ocurre… no es que sea mi caso, pero puede ocurrir… uff conjeturas, conjeturas, conjeturas; como dice Witgenstein: de lo que no sabemos, mejor no hablar.

Pero no demuestra remordimiento a lo que ha hecho ni resentimiento: es franco y recto consigo mismo, diría el maestro Nietzsche, ya que el hombre del resentimiento es el que no es franco, ni ingenuo, honesto ni recto consigo mismo.
Pero me equivoco, porque necesita olvidar para ser feliz, al igual que nosotros: los débiles. Necesita ser compensado con el olvido para redimirse del cruel castigo de la conciencia que lo abate fiero y tormentoso como cual tempestad electrifica el miedo campante al rapaz relámpago. Y esa necesidad de olvido es el núcleo de la obra, olvidar para someter el error al no-recuerdo.
- Suspiro fuerte e inteligible – Pero por más que trato de comprender la obra no puedo, me tranco al tratar de descifrarla. Pero claro, si no soy dueño de lo que pienso, menos a estas tantas de la madrugada. Sólo trato de descifrar lo que mi subconsciente hace; todo ocurre dentro de la obra, yo solo me reduzco a un simple y corriente espectador que solo atiendo a la siguiente lógica: pregunta y respuesta.
Trato de resolver este rompecabezas lingüístico, este Crimen, interpretando un acontecimiento, y más encima un acontecimiento inconcluso, inacabado, pendiente, imperfecto, suspendido, aplazado, incompleto, etcétera, etcétera y etcétera. Es inconclusa porque no está orientada a una finalidad, ni tampoco a un sujeto capaz de en cada uno de sus movimientos.
A parte, cómo poder intervenir en la obra, si ni bien (como atisbé anteriormente) soy sujeto: seria sujeto en tanto sujetara mi realidad, pero Freud me complicó la existencia al encontrar el subconsciente, quien es el que verdaderamente gobierna. Mi conciente o mi YO está al margen de esta ecuación obra = sujeto / subconsciente.
Así pues, todo esfuerzo de resolver la obre se convierte en hermenéutica: interpretación. Toda la energía que he ocupado se reduce a la interpretación.

“El dolor que siente el hablante lírico de
haber culpado a su amada de engañarlo”.

Mera interpretación. Elemental interpretación.
Por ejemplo, podría interpretar que el crimen es en realidad es la desconfianza, rasgo de los hombres digno de imitar por los artistas; que si cambiamos la palabra crimen en la canción nos queda así:

Que otra cosa puedo hacer
Sin olvido moriré,
Y otra desconfianza quedara
Otra desconfianza quedara
Sin resolver.

Esto me conlleva a una cadena de significantes para darle sentido a la obra, ya que la palabra crimen dentro de la canción no tiene mucho sentido que digamos.
Pero siguiendo con lo anterior, solo son conjeturas para tratar de reafirmar la tesis del dolor, ya que podríamos cambar la palabra crimen por infidelidad, dándonos otro significado muy similar a la canción, donde la ida de la amada está mas que justificada.

Ahora, por conclusión definimos tres temas principales que se presentan a lo largo y ancho del trabajo. Primero, la cuestión de que la obra es sujeto de si misma, y de que yo sólo puedo interpretar ese acontecer lingüístico (= en la medida en que se convierte la obra en signos y por la lógica de preguntas y respuestas), y de que es inacabado, ya que no puedo interpretarla del todo, por ende no puedo conocer la obra en si.
Segunda cuestión es que la obra en sí es una imitación de las pasiones de los hombres, de sus acciones, ni mayor ni en menor grado, sino como en realidad son.
Y por ultimo, esa acción es la necesidad que tiene el hablante lírico de olvidar lo que hizo para poder ser feliz, ya que lo que el hombre desea es la felicidad.

Pero antes de terminar tengo una pregunta que hacerles y espero una respuesta: ¿cuál es el Crimen?

esta palabra fue seleccionada por lo que se presenta en la quinta estrofa, verso tercero.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

La primera vez

No recuerdo la primera vez que anduve en bici, ni mucho menos la primera vez que hablé, la primera vez que toqué una mujer delicadamente (ni tampoco de forma obscena), tampoco cuando di mi primer puñete ni el primero que recibí. No recuerdo cuantas mentiras he dicho ni cuantas verdades he ignorado, cuantas veces he insultado ni mucho menos llevo la cuenta de cuantos peos he sabaneado. No recuerdo cuando fue mi primera buena nota (no cualitativa) pero si recuerdo mi primer rojo (en cuarto básico).
Seguramente si forzara la memoria podría recordar la primera vez de muchas cosas, pero sólo de las más recientes (como cuando tomé mi primer tequila que fue el año 2007 en la casa del beño). También podría recordar la primera ver que di un beso apasionadamente con legua (que fue en 6 básico), la primera vez que hice callar a una profesora (el año pasado no mas)… uff. No es una cosa de experiencia enumerar estas vivencias: hay algo que me dice que me estoy volviendo viejo a mis 19 prematuros años. ¡Cómo pensar así si soy terrible pollo todavía!

Necesito algo para la memoria, y también vitaminas para la concentración. La primera vez que tomé vitaminas fue en séptimo básico, cuando entré al IHC; luego tomé en primero Medio. Ahora que estoy en segundo (primseg) de la carrera necesito de nuevo Lesitone. Uff uff uff.

No me quiero aburrir escribiendo, sé (por iluminación divina) que seré el único que lea mis payasadas. Nunca faltara el ente en tanto ente que esté aburrido y lea mis escritos. Hasta en entonces me despido. A presto.