Los%20TemplariosQuantcast

martes, 24 de mayo de 2011

Mi Aquiles

Oh colérico Aquiles,

Que en el afán mortal de todo hombre

Has dado vuestra vida por la efímera gloria,

Palabra de poetas que descansan muertas

Como cuerpo vuestro en la ciudad de Troya,

Hasta que renacidas, reencarnadas, mías son,

Posesión toman de la humanidad de aquellos

Años

El implacable destello de un ideal de hombre

Que prefiere morir que ser olvidado.

Oh colérico mirmidón,

Vendita sea saeta que muerte os dio,

Certera en estrecho destino, elegido por vos.

Oh, vendito sean los días en que el hombre

Carecía de voluntad: marioneta de tragedias,

Dolores padecíamos en nombre de los inmortales

Señores del Olimpo.

Sólo tú, oh terrible Aquiles, señor sobre los hombres

Tuviste oportunidad de favorecer entre vida o la muerte

Y hasta hoy comprendo que dicho destino orgulloso

Has elegido por nuestro para con los dioses,

Quienes envidiosos contemplan la fragilidad humana.